lunes, 27 de mayo de 2013

Tubular Bells y El Exorcista

Hace sólo dos días, el 25 de mayo, se producía el cuarenta aniversario del lanzamiento del disco "Tubular Bells", convirtiéndose rápidamente en una obra maestra a juicio de críticos y público. Con este, su primer álbum, Mike Oldfield, un joven compositor de menos de veinte años. le cambiaría la vida.

Dos meses después de su lanzamiento el director de cine William Friedkin eligió su parte principal para la banda sonora de la película "El exorcista", que este año 2013 también cumplirá 40 años.

Considerada como una de las mejores películas en su género, "terror", estuvo nominada con diez oscars, de los que sólo consiguió dos. Al mejor guión adaptado y al mejor sonido. Con varias secuelas de escasa calidad, se comenta la posible actualización de la cinta con un nuevo rodaje, esta vez teniendo como protagonista a un niño.

Y con la promesa de que más adelante y coincidiendo con la fecha de estreno de la cinta colgaremos un artículo más extenso sobre la película y sus particularidades y leyendas de rodaje, os dejamos con un pequeño homenaje para "Tubular Bells" y el corte que incluía la película "El exorcista".

Que lo disfrutéis.


http://www.youtube.com/watch?v=04EShclPAa0

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J.Coronado

lunes, 18 de marzo de 2013

SOBRE EL EGOÍSMO.

El otro día no pude asistir a la Tertulia porque me hallaba postrado con un desagradable ataque de lumbalgia del que ya estoy repuesto. Así que como no pude aportar mi trabajo sobre el egoísmo, que es el tema que tocaba, os lo pongo aquí para que podáis al menos leerlo, ¿vale?


EL GAITERO DE ALLENDELMURO.
Desde la ventana ojival más alta de su torre, el barón Roderico contemplaba sus tierras y esperaba, como todos los vecinos de Allendelmuro, la señal del comienzo de la jornada. Estaba amaneciendo y el sol apuntaba sus fulgores por entre las dos peñas negras que obstruían la salida natural del valle y lo convertían en un mundo aislado. El único nexo de su feudo con el exterior era la tenebrosa y angosta Garganta del Grito, impracticable en los inviernos nevados y cerrada en todo tiempo por una muralla de cuyo portón solo él tenía las llaves. Allá abajo, los labradores también aguardaban, con los arados dispuestos; y el herrero, en su fragua, con un enorme martillo en la mano. Incluso el fraile de la ermita de San Gualterio no empezaría a tañer su campana hasta oír la primera nota del gaitero. Todo el valle, como en cada amanecer, permanecía en suspenso...
En eso, desde lo alto de una roca próxima a los neveros, el liberador sonido de una lejana gaita comenzó a penetrar en todos los ámbitos. Sus notas inefables se extendieron por bosques, prados, bancales y cercados, resbalaron sobre las tersas aguas del lago y se fueron por los aires hasta rebotar en las altas paredes montañosas, despertando ecos que hacían de contrapunto y respuesta a la melodía primera. Diríase que el verde de los abetos era más verde y el azul del lago más azul, que los pulmones de los lugareños respiraban un aire más puro, libre ya de las miasmas nocturnas, y que los animales del bosque habían aparecido de súbito. El fraile tañó su campana y el herrero comenzó a golpear una pieza de metal incandescente; y entre ambos daban ritmo a las cadencias de las alturas. Los campesinos cantaban viejas melopeas mientras sus yuntas tiraban de los arados y abrían surcos al unísono. Las mozas corrían de un lado a otro, preparando sus labores con las mejillas encendidas. Y hasta los viejos y las viejas mostraban sus sonrisas desdentadas, agradeciendo el día más de vida que les anunciaba la gaita del cabrero Rufo desde su altísima peña.
-Qué hermoso despertar – susurró la joven esposa del barón, mientras salía de su aposento desperezándose con voluptuosidad -. Esa música que baja de las montañas me llena de paz.
Y el barón Roderico sonrió para sí. Había llegado la hora de sorprenderla con un obsequio inesperado. La reciente boda, pactada entre sus dos nobles familias, necesitaba la sanción de un cariño que aún no había cristalizado en el pecho de aquella dama maravillosa.
-Todo cuanto desees de este valle es tuyo, querida mía – le dijo en tono solemne -.Y si lo que te complace es esa música, te la regalo. Ahora mismo ordenaré a mis guardias que nos traigan al cabrero Rufo, para que viva aquí y nos acompañe con su gaita en las horas de asueto.
A partir de ese día el valle permaneció en silencio. Solo en los salones del castillo unos pocos privilegiados podían escuchar los sones de la gaita, que repetía sus melodías en un tono cada vez más melancólico. Y llegó un invierno muy duro. El lobo diezmó a las indefensas cabras de los prados altos. Los labradores habían trabajado sin ganas, odiando al amo que les robó la música, y la cosecha fue mala. Varios abortos y muertes infantiles anonadaron a las familias. Las mozas languidecían con las mejillas pálidas. El fraile no tenía ánimos para tañer su campana. El herrero olvidó su martillo en la fragua. Y todos los vecinos de Allendelmuro se sumieron en la desolación.
-Mi señor – dijo un día la joven baronesa -, desde que la música no los despierta por las mañanas, los hombres y mujeres de este valle se mueren de pena. Creo que Dios nos va a castigar por nuestro egoísmo. Rufo suspira junto a su gaita y, cuando la toca, su música me parece la más triste del mundo. ¿Por qué no lo dejas volver a su morada, para que puedan escucharle todos?
Poco después el cabrero se alejaba del castillo, camino de su cabaña y su aprisco. Y al amanecer siguiente, la noticia del regreso de Rufo a las prados altos se había extendido por todo el valle. Los campesinos aguardaban expectantes junto a sus aperos, las mozas asomaban por las ventanas sus mejillas coloradas, el fraile esperaba bajo su campana y el herrero, frente al yunque...
Y de las alturas, como si viniese del mundo exterior, llegó la añorada música que daba vida a los labradores y sus compañeras, a las mozas, a los niños y a los viejos; incluso a los bosques y a las aguas del lago, en armonía con los ecos que, desde los precipicios, se esparcían por la comarca. Ese año habría una buena cosecha en Allendelmuro y los recién nacidos alegrarían a las familias.
El barón Roderico aprendió entonces que hay bienes que se disfrutan más si se comparten con los otros. Y en premio a su generosidad recibió al fin el amor de su bella esposa.
Desde aquel día está abierto el portón que cerraba el valle. 
  Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 23 de diciembre de 2012

DOS AÑOS.

Hola majos.
Celebramos nuestros dos años de tertulias literarias y Miguel Angel y yo coincidimos casi en el relato que dedicamos a estas tertulias. Así que lo cuelgo para los que no pudisteis acudir.



DOS AÑOS

“Agradecido,
emocionado,
 solamente puedo decir,
 gracias por veniiiir “

Absurdo, como el rey de la astracanada, así pretendo sea el relato de hoy. Porque parece absurdo que en una sociedad como la nuestra hayamos pasado a tener dos años de envidiable buena salud en las tertulias literarias. Si si señora, eso de leer y de hablar de libros.
Dos años o, como me gusta decirlo, un siesto de tertulias (porque aplicando la propiedad asociativa de las letras, si bisiesto es cada 4 años y el prefijo bi significa dos, siesto por tanto será cada dos). Pues eso, un siesto de tertulias en los que nos han acompañado varios insignes personajes, como: Borges, Cortazar, Pardo Bazán, Becquer, Murakami, Montpassant, Poe,… o, como en esta ocasión, la estupenda Anaís Nïn (Buen personaje para celebrar algo, se la ve festera).
Varios contertulios distintos nos han honrado con su presencia; pero como ya sabéis quienes son, paso a otra cosa que no soy de peloteos.
En esta tertulia tenemos y disfrutamos de personajes ya épicos: el prudente y ácido a la vez Miguel Angel (por supuesto flanqueado siempre por su fiel escudero Pepe),  la mujer de memoria prodigiosa y biblioteca móvil Mercedes (que, nos entendemos, no es que sea una biblioteca móvil de marca del carrocero alemán, si no que se llama así), la revoltosa y parlanchina Mónica, la nota exótica que da un punto internacional Enmanuelle, el sensible poeta asesino de mil muertes distintas Jesús, el Casanova declamador oficial Miguel, el vehemente e irónico buscador de adivinanzas Salva, el conservador ligeramente carpetovetónico Berardo (siempre hace falta gente así en cualquier tertulia que se precie), la elegante y sensible Isabel, la tímida y callada Margarita, y el esquizoide y divo Víctor. (Como veréis, para mantener el anonimato de los contertulios, no doy apellidos. Que cada cual adivine a quien me refiero).
Claro que me dejo gente; perdonar los demás; es por orden de acceso a la tertulia, no por orden de importancia. Perdonar los nombrados, no estoy diciendo que no seáis importantes. Perdonar todos, me estoy metiendo en un fregao.
Y que voy a decir de lo que hemos probado en las tertulias; porque sin vino y viandas las tertulias adolecen de predisposición al hambre y la sed.  Así, hemos degustado a lo largo de dos años: conejos hideputas, ancas de rana, gacela, bisonte, springboock, poularda, bacalaos, pollos morunos, pato  y por supuesto quizás el plato más exótico con el que hoy además nos recrearemos, el canguro.
Por todas estas cuestiones y algunas más que me he dejado en el tintero incluso mucho menos importantes que éstas vuelvo con lo de…  (entona por favor Miguel, como si fueras Conchita Velasco)
“Agradecido,
emocionado,
 solamente puedo decir,  (Todos Juntos)
 gracias por veniiiir “






Por cierto, la próxima tertulia se celebrará el 7 de Enero de 2013.

Los deberes son estos:
Leer: Cierra los oidos (www.cuentoszen.com/cierra-los-oidos.html)
Escribir tema: Nariz  

Con este tema tan Quebediano me despido, eso si, deseandoos a todos las mejores fiestas navideñas posibles.

Un abrazo majos


martes, 4 de diciembre de 2012

SEGUNDO ANIVERSARIO DE NUESTRA TERTULIA



Con motivo del segundo aniversario de nuestra Tertulia Literaria de la Bodega Adolfo, os pongo mi participación en la última reunión de ayer, día 3 de diciembre de 2012. Espero que os guste.


MI TERTULIA
            Dice nuestro anfitrión que la tertulia tiene ya dos años de vida. Yo no estuve en su jornada inaugural. Llegué unos meses más tarde, y vine a comer canguro.
No recuerdo qué libro estaba presentando, ni quiénes me acompañaban en la mesa, ni el local donde se hacía la presentación. Fue una de esas jornadas aburridas que ya habría sido borrada de mi frágil memoria si no fuera porque mi editor, sentado a mi lado, me susurró al oído, librándome por unos momentos del tedioso discurso de uno de los presentadores: “¿Te apetece cenar canguro?” Mi curiosidad gastronómica es insaciable, así que me apresuré a asentir con la cabeza. Un rato más tarde, entrábamos en la bodega y fui presentado a los tertulianos. Por supuesto, cené carne de canguro, muy bien guisada por el dueño del establecimiento, escritor de interesantes y amenas novelas históricas, como pude comprobar más tarde. Me gustó el ambiente y la gente que allí se reunía ante aquellos platos exóticos y, sobre todo, ante las opiniones de personas muy valiosas. A mi derecha se sentaba una mujer atractiva y simpática que resultó ser la persona más culta y leída que jamás he conocido, genial poetisa y escritora. Frente a mí, un hombre curtido, de barba canosa y unas curiosas gafas de leer que se desmontan por el puente, ejercía de lector de los excelentes trabajos de todos los contertulios. Traumatólogo, comprometido con la humanidad, viaja todos los años a África a enderezar piernas y curar fracturas de los niños nativos; es un gran tipo. A ese lado de la mesa, algunas de sus colegas doctoras: una anestesista de rostro bondadoso, una pediatra de actitud reflexiva y resuelta, y la que después sería mi médica de cabecera… y también una amiga siempre alegre y feliz de la vida, y otra seria, militante y formal… Junto al anfitrión se sentaba un poeta y narrador de mirada escéptica, escritor de bellas historias de final generalmente trágico, y un erudito de finísimo sentido del humor, que nos ha ido sorprendiendo con ingeniosas adivinanzas sobre temas literarios. Y a mi izquierda – geométrica, se entiende - un veterano piloto de sorprendentes opiniones. Después han venido otros que han enriquecido el grupo; unos se han quedado y otros no, como mi editor, que tras unas cuantas reuniones no volvió a aparecer, o algún ilustre literato que nos visita solo de vez en cuando. Entre las nuevas presencias hay que destacar a una compañera que nos sobrecoge con historias de una dureza y un desgarro tremendos, algunos entusiastas de sólida formación, y un buen amigo cuyas opiniones estimo muchísimo.
La tertulia suele comenzar a las 9 de la noche, un lunes de cada dos, con la lectura, por parte del médico de la voz profunda, de los trabajos en prosa que aportan los tertulianos y alguna composición de nuestros poetas. Por su estilo, es fácil averiguar quién es el autor de cada texto. Después viene la cena preparada por el anfitrión, que a menudo nos presenta originales guisos, como ancas de rana, canguro, potro, búfalo… qué sé yo. Se opina de algún escrito corto de autor famoso y se termina con las adivinanzas y los “deberes” para la próxima reunión. Pero lo más interesante, sin duda, son las personas. Para mí, la tertulia se ha convertido en una parte muy importante de mi vida, en una de esas cosas que lo mantienen a uno despierto. La confección, cada quincena, de un relato de una sola página que dedico a mis compañeros, es mi actividad predilecta, y un acicate para seguir escribiendo en esta época de crisis y editores remisos. No soy persona de halagos ni confesiones en público, me comunico mejor por escrito que de viva voz; así que esta redacción me vendrá muy bien para expresar a mis amigos de la tertulia cuánto los aprecio a todos y lo muy importantes que son para mí.
            En cuanto al editor, le estoy profundamente agradecido por haber publicado tres de mis mejores obras; pero todavía valoro más, infinitamente más, aquel gesto que tuvo de invitarme una noche a cenar carne de canguro. Nunca se lo agradeceré bastante.                                                                                     
 Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

RESUMEN DE LA TERTULIA LITERARIA DEL 19 DE NOVIEMBRE

Hola majos

El pasado lunes 19 realizamos la tertulia qeu conforma el segundo aniversario de nuestros encuentros en la Bodega Adolfo para hablar de libros. Es un placer, un honor y un privilegio el constatar que la idea qeu partió como algo... atípico y audaz en un mundo que parece ser no se dedica ya al noble arte de leer ha resultado ser un éxito. Dos años, 24 meses, más de 50 tertulias literarias después, os puedo decir con alegría que esta aventura tiene buena salud. Gracias a todos los qeu alguna vez habéis concurrido a alguna de ellas, todos sois recordados con cariño y, pese a que hay miembros de la misma que ya son casi fijos, aún estamos deseosos de conocer a nuevos contertulios qeu nos presenten nuevos temas, libros, escritores...
Bueno, paso a deciros los deberes para la próxima tertulia que se celebrará el lunes 3 de Diciembre.

Leer: de Anaïs Nin el cuento corto "Marianne" (del libro Delta de Venus)
Escribir: tema  "Dos años"
Y por favor seguiros animando en el bonito juego de traer adivinanzas de personajes, autores y libros.

Hasta otra majos



domingo, 21 de octubre de 2012

DEBERES PARA LA TERTULIA LITERARIA DEL 7 DE NOVIEMBRE

Hola majos,
Se me olvidó poner la lectura.
Deberes: 
Escribir: tema "sexo anal"
Leer: "El cumpleaños de Juan Ángel" de Mario Benedetti
Hasta otra majos

RESUMEN TERTULIA LITERARIA DEL 17 DE OCTUBRE

Hola majos:

Vaya una tertulia literaria la que vivimos el día 17 de Octubre. No se si será que nos aproximamos a los dos años de tertulias literarias (se cumplen el próximo mes de Noviembre) o que estábamos traviesos. No lo se. El caso es que la tertulia transcurría por los cauces habituales, lectura de relatos (el tema era controvertido "incesto"; pero fue acometido y manejado con destreza por nuestros escribas; luego pasamos a comentar "Miedo" de Valle Inclán (que resultó en general un tanto desafortunado (a excepción del análisis de Jesús). Y mientras cenábamos, en uno de esos corrillos qeu a veces dejamos que circulen mientras deglutimos, se empezó a comentar algo qeu poco a poco se hizo con el interés general de los participantes (por cierto numerosos), el sexo anal. Si, lo se, es sorprendente. Pero claro, entre los estatutos no escritos de la tertulia que dirijo solo pongo tabues a dos cosas, el futbol y la política. En ningún sitio sale el tema del sexo como tema prohibido. El caso es que se inició una conversación animada con este telón de fondo. De tal manera que cuando pasamos a poner deberes no hubo dudas y el relato a tratar será sobre ese mismo tema "el sexo anal". Se qeu entre algún participante corría la duda sobre escribir sobre este asunto; pero en realidad es algo que está ahí y.... ¿Quién dijo que tenía que resultar fácil?
Bueno, la próxima tertulia se celebrará el miércoles 7 de noviembre, como siempre en la Bodega Adolfo a las 21:00 h.
Ya os contaré como discurre (aunque promete ser graciosa).
Hasta otra majos